Clara y su superpoder

Clara vivía en Pamplona con su familia. Era una niña de seis años llena de curiosidad, pero había algo que a veces la hacía sentir diferente: su diabetes. Cada día, tenía que medir su azúcar y eso la hacía sentirse rara frente a sus compañeros de clase. Clara deseaba ser como los demás, pero su diabetes la hacía única. " - ¿Por qué tengo que ser diferente?" se preguntaba con frecuencia.

Un día, en el colegio, Clara olvidó su kit de medición. Sentía un nudo en el estómago y no sabía qué hacer. " - No puedo jugar sin saber mi nivel de azúcar," pensó preocupada. Eva, su hermana mayor, trató de ayudarla, pero no lograban encontrarlo. " - No te preocupes, Clara, lo encontraremos," dijo Eva.

Clara enfrentó más problemas cuando, durante una excursión escolar, su monitor de glucosa dejó de funcionar. Se sintió perdida y asustada. " - ¡No puedo disfrutar el día así!" exclamó Clara desesperada. Sus amigos intentaron animarla, pero Clara no podía dejar de pensar en su diabetes. " - ¿Por qué siempre me pasa esto a mí?" se preguntaba.

Desanimada, Clara pensó que quizá sería mejor dejar de intentar ser como los demás niños. Se sentó en un rincón del parque, sintiéndose triste. " - Tal vez nunca podré ser como ellos," murmuró. Su hermana Eva se acercó y se sentó a su lado. " - No te rindas, Clara," dijo Eva con dulzura.

Esa tarde, Mikel, su papá, le contó una historia sobre un ágil zorro que usaba su inteligencia para superar desafíos. " - Tú también tienes un superpoder, Clara," le dijo su papá. " - ¿De verdad?" preguntó Clara. " - Sí, tu curiosidad y valentía son tu superpoder," respondió Mikel. Clara empezó a ver su diabetes de una manera diferente.

Con su nueva perspectiva, Clara decidió usar su curiosidad para aprender más sobre la diabetes. En lugar de sentirse avergonzada, compartió su conocimiento con sus amigos. " - Miren lo que puedo hacer," les decía con entusiasmo. Sus amigos quedaron impresionados y la apoyaron. Clara finalmente se sintió aceptada y feliz siendo ella misma.