Amigos sin fronteras
Una historia sobre una niña llamada Lili que debe superar obstáculos para aprender sobre la tolerancia en su multicultural familia en Budapest.
Lili, una niña de 7 años con cabello castaño y ondulado, vivía en Budapest con su mamá húngara y su papá latinoamericano. Ella llevaba siempre una medalla con las banderas de Hungría y del país de su papá. Un día, en la escuela, algunos niños empezaron a burlarse de Lili por hablar dos idiomas. - ¿Por qué hablas tan raro? le preguntaron. Esto hizo que Lili se sintiera triste y confundida.
Lili llegó a casa llorando y le contó a su mamá lo que había pasado. - No quiero volver a la escuela, dijo Lili. Su mamá la abrazó y le dijo que entenderían cómo se sentía. - Ser diferente es especial, Lili, le dijo su mamá. Pero Lili no estaba convencida y se sentía sola.
Al día siguiente, Lili intentó evitar a los niños que se habían burlado de ella. Pero ellos siguieron haciendo comentarios. - ¡Habla en húngaro! le gritaron. Lili trató de ignorarlos, pero se sintió cada vez más insegura. - No sé qué hacer, pensó Lili, mientras caminaba sola por el patio de la escuela.
Lili estaba tan triste que consideró dejar de hablar en el idioma de su papá. - Tal vez si solo hablo en húngaro, los niños dejarán de molestarme, pensó. Pero la idea de renunciar a una parte de ella misma la hacía sentir aún peor. - No puedo hacerlo, suspiró. Se sentía atrapada y sin salida.
Una tarde, el abuelo de Lili, que había venido a visitar desde el país de su papá, la encontró llorando. - ¿Qué te pasa, mi niña? preguntó el abuelo. Lili le contó todo, y él le sonrió con ternura. - Hablar dos idiomas es un don, Lili. Te hace única y te conecta con dos culturas maravillosas. Lili empezó a entender que su diversidad era algo valioso.
Al día siguiente, Lili decidió hablar en ambos idiomas con orgullo. Cuando los niños comenzaron a burlarse de nuevo, ella les explicó. - Hablar dos idiomas me permite conocer más cosas y personas. Poco a poco, los niños empezaron a preguntar y a interesarse. Al final del día, Lili tenía nuevos amigos que querían aprender palabras en ambos idiomas. Lili sonrió, sabiendo que había encontrado una solución a su problema.
Lili, una niña de 7 años con cabello castaño y ondulado, vivía en Budapest con su mamá húngara y su papá latinoamericano. Ella llevaba siempre una medalla con las banderas de Hungría y del país de su papá. Un día, en la escuela, algunos niños empezaron a burlarse de Lili por hablar dos idiomas. - ¿Por qué hablas tan raro? le preguntaron. Esto hizo que Lili se sintiera triste y confundida.
Lili llegó a casa llorando y le contó a su mamá lo que había pasado. - No quiero volver a la escuela, dijo Lili. Su mamá la abrazó y le dijo que entenderían cómo se sentía. - Ser diferente es especial, Lili, le dijo su mamá. Pero Lili no estaba convencida y se sentía sola.
Al día siguiente, Lili intentó evitar a los niños que se habían burlado de ella. Pero ellos siguieron haciendo comentarios. - ¡Habla en húngaro! le gritaron. Lili trató de ignorarlos, pero se sintió cada vez más insegura. - No sé qué hacer, pensó Lili, mientras caminaba sola por el patio de la escuela.
Lili estaba tan triste que consideró dejar de hablar en el idioma de su papá. - Tal vez si solo hablo en húngaro, los niños dejarán de molestarme, pensó. Pero la idea de renunciar a una parte de ella misma la hacía sentir aún peor. - No puedo hacerlo, suspiró. Se sentía atrapada y sin salida.
Una tarde, el abuelo de Lili, que había venido a visitar desde el país de su papá, la encontró llorando. - ¿Qué te pasa, mi niña? preguntó el abuelo. Lili le contó todo, y él le sonrió con ternura. - Hablar dos idiomas es un don, Lili. Te hace única y te conecta con dos culturas maravillosas. Lili empezó a entender que su diversidad era algo valioso.
Al día siguiente, Lili decidió hablar en ambos idiomas con orgullo. Cuando los niños comenzaron a burlarse de nuevo, ella les explicó. - Hablar dos idiomas me permite conocer más cosas y personas. Poco a poco, los niños empezaron a preguntar y a interesarse. Al final del día, Lili tenía nuevos amigos que querían aprender palabras en ambos idiomas. Lili sonrió, sabiendo que había encontrado una solución a su problema.
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