El patito enfadado

En la pequeña ciudad de Orduña, vivía un patito amarillo llamado Negan. Siempre llevaba una boina roja que le daba un toque especial, pero siempre estaba enfadado. Se enfadaba con sus padres, con sus amigos, con sus profesores. " - ¿Por qué no juegan a lo que quiero?", gruñía Negan a menudo. Sus amigos empezaron a evitarlo porque su mal humor les molestaba. Negan no entendía por qué su boina roja no podía hacer que todo el mundo hiciera lo que él quería.

Un día, Negan quería jugar a las escondidas, pero sus amigos preferían jugar a la pelota. " - ¡Siempre os pasáis la pelota y nunca me escucháis!", exclamó Negan enfurecido. Sus amigos se miraron entre sí, cansados de su actitud. " - Ven a jugar con nosotros, es divertido", le dijo uno de ellos. Pero Negan se cruzó de alas, negándose a participar. Sus amigos siguieron jugando sin él, dejándolo solo.

Negan decidió ir a casa, pensando que ver la tele le haría sentir mejor. Pero su madre le dijo que tenía que hacer los deberes primero. " - ¡No es justo!", gritó Negan, lanzando su mochila al suelo. No quería estudiar, quería ver su programa favorito. Su enfado creció aún más cuando su padre le recordó que ayudar a sus amigos también era importante. " - No entiendo por qué todo es tan complicado", murmuró.

Negan se sintió solo y sin amigos, y se dio cuenta de que su enfado lo había alejado de todos. " - Tal vez nunca seré feliz", se dijo a sí mismo, mirando su reflejo en un charco. Pensó en rendirse y simplemente permanecer enfadado con el mundo. Pero en el fondo, quería ser feliz y estar rodeado de amigos otra vez. " - ¿Por qué no puedo cambiar?", se preguntaba, sintiéndose desesperado. Se sentó en el parque, observando a los demás patitos jugar.

Mientras Negan observaba, un pato mayor se le acercó y le dijo: " - He notado que estás solo, pequeño. ¿Por qué no juegas con ellos?". Negan suspiró y explicó su problema. El pato mayor sonrió y le dijo: " - La tolerancia es la clave. Aprende a aceptar las diferencias y te sorprenderás de lo feliz que serás". Negan pensó en las palabras del pato mayor. Decidió intentarlo y se acercó a sus amigos para pedirles disculpas.

Negan se disculpó con sus amigos y les explicó que quería aprender a ser más tolerante. " - Lo sentimos por haberte dejado solo", dijeron sus amigos, sonriendo. Negan se unió al juego de pelota y descubrió que era realmente divertido. Se dio cuenta de que ser tolerante le hizo ganar más amigos y felicidad. Desde ese día, Negan aprendió a aceptar las diferencias y a disfrutar de la compañía de sus amigos.