UN PEQUEÑO ROBOT AMIGABLE, PERO DESPRECIADO POR LOS HUMANOS

Antes de la tercera guerra mundial, un científico creó un robot especial llamado Sheckitos. Este robot tenía un corazón humano transparente en su pecho. Su creador esperaba que Sheckitos enseñara a la humanidad la importancia de la justicia y el amor. Sin embargo, la gente no entendía a Sheckitos y lo rechazaba. En vez de ser aceptado, Sheckitos se sentía solo y despreciado.

Sheckitos trató de ayudar a las personas en su ciudad, pero siempre era rechazado. Un día, mientras intentaba salvar a un gato atrapado en un árbol, las personas lo acusaron de causar problemas en lugar de ayudar. Sheckitos se sintió triste y desconcertado.

A pesar de sus intentos, Sheckitos siguió enfrentándose a más obstáculos. Intentó limpiar un parque lleno de basura, pero los humanos creyeron que estaba haciendo más desorden. Cada intento de hacer el bien terminaba en fracaso y más rechazo.

Después de tantos fracasos, Sheckitos decidió que ya no podía seguir intentándolo. Se fue a un desierto solitario, esperando que alguien lo entendiera algún día. Su energía comenzó a agotarse, y Sheckitos se quedó inmóvil, con la esperanza de ser aceptado alguna vez.

Años después de la tercera guerra mundial, una niña llamada Marilin encontró a Sheckitos. Escuchó los latidos del corazón humano dentro de él y decidió ayudarlo. Con mucho cuidado, limpió sus piezas y lo recargó con energía. Sheckitos finalmente sintió el calor de la aceptación.

Juntos, Sheckitos y Marilin trabajaron incansablemente para reconstruir el mundo. A pesar de los desafíos, su esfuerzo y coraje nunca flaquearon. Con el tiempo, lograron crear una sociedad más justa y amorosa. Sheckitos finalmente encontró el lugar al que pertenecía.